Skip to main content

Blog

 

Algunas grandes compañías de países desarrollados, con un vasto capital, desean “poner de moda” los viajes espaciales, colocando la migración a Marte como una forma de inversión alternativa de industrias emergentes.

El ser humano siempre tiende a desarrollarse en sentido vertical, hacia arriba: es una inclinación natural y una esperanza. El desarrollo hacia el espacio exterior es un sueño que intriga y anhela el hombre, así como un nuevo hito histórico en la era de la súper ciencia.

No obstante, actualmente aún no se ha logrado incursionar en ningún planeta más que la luna, puesto que la exploración se ha limitado a la utilización de equipos satelitales o telescopios de enorme tamaño colocados en alturas increíbles. En base a la visión poco detallada de la apariencia y las características, se detecta la presencia de montañas, mares, tierras o rocas: condiciones elementales con las que cuentan todos los planetas. Asimismo, el funcionamiento de cada planeta es diferente, al igual que en la Tierra existen diversos tipos de plantas y animales con distintas funciones. El ser humano, al creer que no tienen una relación directa, piensa erróneamente que son prescindibles y, por ende, mata y tala indiscriminadamente hasta que ocurre el cambio climático y se suceden los desastres naturales, para preguntarse entonces si existiría relación alguna entre ellos. Es tarea de los especialistas observar e investigar el vínculo, el funcionamiento y el orden existente entre las diferentes galaxias del universo.

Lo mismo sucede en relación con el sistema y el funcionamiento de Marte: con el fin de incursionar en dicho planeta, es necesario en primer lugar superar numerosas dificultades, como la falta de oxígeno, el predominio del gas en el aire, la baja gravedad, la reducida energía de las plantas, el débil electromagnetismo, los suelos tóxicos, la amplitud térmica, etc. Más aún, existen otros problemas como la posibilidad de que los órganos se atrofien o colapsen debido a las diferencias en la gravedad. Sólo si pueden superarse estos obstáculos naturales, la vida en Marte será posible para los seres humanos.

Si bien es posible que en Marte hayan existido seres semejantes a los humanos terrestres en el pasado, debido a las transformaciones ocurridas a fin de regular la secuencia en el tiempo, el funcionamiento de ese planeta se ha modificado. Al día de hoy, el Creador aún no ha establecido las condiciones necesarias para la vida de Marte: esto debe ser tenido en cuenta a la hora de proyectar una migración a dicho planeta.

Hay quienes saben que existen los desastres naturales pero no desean conocer su origen. Hay algunos que, víctimas de catástrofes, ruegan al cielo y la tierra sin recibir respuesta y, frente a la impotencia, reflexionan sobre las causas que conducen a las mismas. Motivados por la experiencia personal de algún desastre, reconocen que las divinidades son protectoras de la vida y, en consecuencia, atribuyen al accionar humano el surgimiento de los mismos. Tanto las víctimas como los sabios, profundamente conmovidos, vinculan el cambio climático y el efecto invernadero con el ahorro energético y la reducción de carbón. Sin embargo, aquellos que aún no han sentido en carne propia los desastres dudan de si los mismos realmente se deben al efecto invernadero y el cambio climático o si son sólo mentiras.

Debido a los climas extremos en los hemisferios norte y sur y la irregularidad en el frío y el calor, todos los años las elevadas temperaturas o el frío polar se cobran numerosas víctimas. En los periódicos abundan las noticias relacionadas con el insoportable calor o las gruesas capas de nieve que derrumban casas y, más aún, pareciera que la situación empeora año a año. ¿Cómo es posible que aún haya personas que no creen en la veracidad del cambio climático? ¿Acaso no han visto estas imágenes? ¿O acaso creen que son videos ficticios? ¿Es posible que la tecnología de avanzada confunda la mente humana?

Bajo los efectos del efecto invernadero y los climas extremos, las personas adineradas cuentan con los recursos necesarios para mitigar el calor o el frío y gozar de una buena calidad de vida: no entienden el dolor y las dificultades de la gente de bajos recursos frente a dichos climas. Puesto que no necesitan enfrentar penas y dificultades, priorizan el beneficio económico frente a la reducción de carbón, sin considerar qué sucedería si un día fuese su turno lidiar con los desastres naturales: todos los beneficios y las ganancias que ponen en primer lugar desaparecerían en un instante.

Pese a que este tipo de personas lo consideran un tema menor, el clima extremo no sólo existe, sino que se agrava año a año. Muchos piensan que el progreso científico en áreas como la electrónica y la química permite que se reemplacen las cosas con medios artificiales. Algunas cosas, de hecho, tras las debidas pruebas, parecieran dar resultados positivos en el corto plazo, pero después de un tiempo aparecen los problemas.

En la naturaleza existen innumerables animales y plantas que operan en beneficio del equilibrio. Sin notarlo, el ser humano ha talado bosques y ha exterminado algunos animales. En poco tiempo, comenzaron a surgir los desastres naturales, pero el ser humano aún niega el vínculo de estos con los bosques y animales.

Por ejemplo, en época de sequía, el cielo está totalmente despejado y ni siquiera esparciendo hielo seco en el aire es posible obtener lluvia. Si uno quisiera pedir a los dioses que ayuden a crear lluvias artificiales, sería necesario contar con capas de nubes que, sumadas a herramientas artificiales, podrían brindar la tan anhelada lluvia. Es decir que sin la ayuda de las condiciones naturales no sería posible lograrlo.

Esparcir sulfatos en la atmósfera de modo de reflejar los rayos del sol de regreso al espacio exterior y así reducir las temperaturas de la Tierra pareciera dar resultados una o dos veces. Sin embargo, posteriormente el clima se torna aún peor, puesto que al ser artificial no tiene el efecto regulatorio en el ciclo natural y, por el contrario, afecta el orden de la naturaleza. Al esparcir sulfatos para crear humedad en una región, se afectan otras regiones más remotas.

El planeta es un sistema: cuando se pierde el equilibrio en determinada región, se afecta a otras regiones. Esto quiere decir que, en el caso de que existiera desequilibrio en una región, las demás regiones ayudan a la primera a recuperar el equilibrio. En consecuencia, lo afectado no sólo son algunas regiones, dado que si el clima es inestable en el continente americano, este fenómeno afecta a toda Europa, Asia e incluso África y Oceanía causando inestabilidad. El efecto es global.

Todo debe seguir el orden natural, puesto que alterar el orden, desafiarlo o querer conquistar la naturaleza es imposible. Sin importar cuánto avance la tecnología, no es posible luchar contra la naturaleza. Todas las crisis surgen del hecho de que el ser humano se preocupe sólo por su propio beneficio: en última instancia, son los seres humanos mismos quienes deberán soportar los desastres.

Muchas personas ya han experimentado los desastres ocasionados por el clima extremo. Cuando suceden las grandes catástrofes, las divinidades no responden a los pedidos de socorro, y el temor, la desesperación y la confusión se apoderan de las víctimas, quienes sufren el dolor de perderlo todo. Muchos otros quizás no hayan padecido aquellos dolores en persona, pero se conmueven y quedan alertas al observar las estremecedoras imágenes del desastre.

Los que hemos nacido en esta época estamos destinados a convivir con los desastres naturales, ya sean sequías, inundaciones, tornados, aludes, terremotos, tsunamis y demás. Lo inquietante es que éstos se sucedan cada vez con mayor frecuencia y gravedad.

Antes nadie prestaba atención al tema del aire, puesto que era natural que nos proporcionase todo el oxígeno necesario para que respirásemos según nuestras necesidades en cualquier lugar y momento. Sin embargo, en los años recientes, debido a la explotación excesiva del ser humano, el aire se ha visto gravemente contaminado, dando lugar al surgimiento de micropartículas de carbón detenidas en el aire, las cuales, cuando alcanzan determinada cantidad y peso, descienden a la superficie de la tierra formando smog. La vida en estas condiciones perjudica en gran medida la salud de las personas. De acuerdo con las estadísticas de la Agencia Internacional de Energía del año 2016, la cantidad de muertes por la contaminación del aire por año alcanza aproximadamente 6,5 millones de personas: se trata de una causa de muerte invisible ocasionada por el hombre. Si bien numerosas empresas han desarrollado diversos equipamientos para regular el aire, aún no es tan bueno como el natural. Esto significa que en muchos países el aire fresco ya no está a disposición de todos, sino que se ha convertido en un bien que debe adquirirse a cierto precio.

La mayoría de las personas saben que los árboles emiten polifenoles que resultan beneficiosos para el cuerpo humano y regulan el aire fresco. No obstante, ellos son tan sólo una pequeña parte de sus funciones. Los árboles también tienen la capacidad de conducir al cielo y a la tierra: son de una importancia difícil de imaginar. Entonces, ¿cómo debemos plantarlos y qué especies sembrar para lograr el efecto óptimo?

Los científicos creen que la Tierra ya ha sido gravemente dañada y temen que se avecina otra gran extinción. En consecuencia, se abocan a la búsqueda de otro planeta a donde emigrar. ¿Es ello posible?

Aquellos con conciencia ambiental saben que la protección del planeta es un tema urgente para evitar que se siga destruyendo a la Madre Naturaleza.

Sin embargo, muchos países, a raíz de su propio beneficio económico, en los últimos años no han llegado a un consenso respecto del acuerdo climático. Si bien finalmente se logró firmar el Acuerdo de París, recientemente la noticia de que Estados Unidos se retiraba del mismo sorprendió al mundo.

En vista de ello, en el presente libro se analizan muchos de los temas que preocupan al mundo y se proponen numerosas soluciones. De hecho, la protección de la Tierra no es díficil, puesto que se tratan de acciones que cualquier persona puede realizar. Lo inquietante es que se carezca de voluntad para hacerlo.

El chi yin y yang también se denomina chi puro y turbio. En la sociedad actual, debido al chi turbio que prevalece, las personas inconscientemente se sienten deprimidas, distraídas e incluso ansiosas sin motivo aparente, temblando en el interior, con los músculos tensos, oprimidos, temerosos, etc.

Con respecto a las causas fundamentales de este fenómeno, la primera es la respiración. Hoy en día la respiración de las personas es demasiado corta, por lo que el oxígeno no llega a las células y, por ello, éstas emiten mensajes de alerta. Sin embargo, las personas no se dan cuenta y permiten la falta de oxígeno en las células nerviosas.

En segundo lugar, usar la boca para inspirar o exhalar. Esto es aún peor que respirar apresuradamente con la nariz, puesto que lleva a que la nariz se tape y aparezcan alergias y tensiones, con un cuerpo poco saludable. Dado que se inspira aire que no ha pasado por el filtrado de la nariz y que no se ha regulado en temperatura, contiene muchas bacterias y polvo. Más aún, se exhala chi del estómago, por lo que el cuerpo no conserva ni un poco de oxígeno para su circulación. Entonces, los aspectos anímicos y de salud están en peor condición que la respiración rápida por nariz.

La respiración es uno de los motivos principales que afecta el estado anímico. En segundo lugar está el interés propio, que abarca la codicia y el egoísmo. Los conflictos surgen por los intereses encontrados, por la codicia que conduce al egoísmo que sólo se preocupa por uno mismo sin cuidar a los demás. Debido a estos dos motivos, han surgido innumerables conflictos, afectando al mundo entero, y así ha aparecido el chi yin, el chi turbio. ¿Cómo cuestionar entonces la aparición de desastres naturales y humanos?

En términos sencillos, el chi kong es la conducción del gran chi del universo al cuerpo propio para lograr determinados efectos.

El chi es el origen de toda material: si lo desarrollamos ampliamente, lograremos amplios efectos.

El chi abarca todos los fenómenos pero es amorfa: no puede verse ni tocarse y sólo los conocedores lo atraen para emplearlo de modos maravillosos.

El maravilloso efecto del chüe shih chi kong es que proviene del gran chi del universo y allí regresa, pero en el proceso enlaza los vínculos de la Tierra y los demás planetas, así como todo lo existente en el universo. Al practicar, uno se adentra en ello y puede observar las relaciones y los efectos de todas las cosas.

Particularmente deben investigarse los fenómenos naturales que rodean a la Tierra. Dado que habitamos en ella y el Creador nos la ha entregado para que la administremos bien, ¿hemos cumplido con nuestra responsabilidad ¿Cuánto conocemos de la Tierra que habitamos? ¿La hemos protegido?

Por ejemplo, la respiración que todos conocemos bien, que pareciera sencilla y fácil: justamente al ser tan fácil la hemos ignorado, creyendo que respirar es mantenerse vivo y que respirar aire fresco es sinónimo de buena salud. ¿Es realmente así?

El pensamiento humano está en permanente transformación; lo mismo su accionar. Cada pequeño movimiento y acción, ¿qué efectos crea en el mundo? ¿Cuál es la relación entre el cielo, la tierra y las personas?

Hacia mediados del mes de junio en 1984, a las cuatro de la madrugada, mi maestro Wang Shu Jin me pidió por medio de un sueño que emigrara al exterior. Respecto de a qué país debía dirigirme, me indicó que en la plaza alguien se contactaría conmigo.

Lleno de dudas, me dirigí como siempre a la plaza de Taichung temprano y me dispuse a practicar, cuando se acercó un compañero de práctica que hacía mucho que no veía. Me pidió que le enseñase las técnicas básicas de digitopuntura y los ítems a los que debía prestar atención, puesto que había tramitado la residencia en Argentina y, como se trataba de un país extranjero con un idioma desconocido, quería saber cómo manejar los síntomas sencillos. Así surgieron las causas y condiciones para mi emigración a Argentina.

Este país sudamericano pareciera ser de otro mundo. Al principio pasamos por numerosas dificultades, y muchas situaciones increíbles fueron surgiendo. Si no hubiera sido por el sueño del maestro, porque en ese entonces aún era joven, porque los trámites de residencia se completaron rápida y exitosamente, porque los argentinos son amables, porque la educación argentina es una de las mejores en Sudamérica, porque mis alumnos desean fervientemente aprender artes marciales orientales… De no ser por todos estos motivos, mi vida habría sido ordinaria, como la del compañero de práctica que mencioné antes, quien posteriormente desistió de emigrar y permaneció en Taiwán.

Siempre he estado agradecido a las personas que he conocido aquí una vez radicado, pues todos me han ayudado desinteresadamente y han sido mi sostén. En un país donde todo nos resultaba extraño, pareciera increíble que me encontrara con tan buenas causas y condiciones. Como viejos amigos, aquellos desconocidos me tendieron una mano y me ayudaron a encontrar mi camino. Al enseñar, la inspiración fluía y me llevaba a desarrollar un arte marcial más detallado y elaborado. En un breve lapso de tiempo, pude asentarme y deleitarme en las artes marciales. En los primeros diez años, aún no comprendía por qué el maestro me había enviado ese sueño. Sólo después entendí que todo debía al impulso de mi misión. Entonces, me dediqué aún más a la difusión de la cultura china, las virtudes de la práctica de artes marciales y la cultivación en cuerpo y carácter. Por medio de la aplicación de las claves de las artes marciales a la vida cotidiana se logra la cultivación de la mente: su difusión y enseñanza es mi misión en la vida, que me ha dado tantas alegrías.

La mayoría de las personas creen que el universo es misterioso y sólo conocen una pequeña parte de él a través de los informes científicos. Debido al misterio, creen que sólo los científicos son capaces de revelarlo y, por ello, se paralizan ante él. Existe un proverbio que dice que “aquellos que no entran a la cueva del tigre no atraparán a su cría”: si nuestra conciencia no se integra con la naturaleza y no nos acercamos al universo, no será posible comprender sus misterios.

En el cielo y la tierra abundan los lugares inexplorados. Pero no me refiero a la exploración mediante equipos y maquinarias, sino a la conducción por medio de la mente y la conciencia bondadosa para ingresar al interior de la tierra y entender el funcionamiento del sistema interno del planeta.

En el universo y las galaxias, donde todo es impermanente, ¿quién comanda? ¿Dónde está el medio que conduce al cielo y a la tierra?

El agujero negro del universo, ¿qué rol desempeña? El ser humano cree que es un temible monstruo, ¿cómo develar este misterio?

Muchas veces se observan erupciones en los volcanes, en los que fluye una gran cantidad de lava. ¿Por qué el magma todavía está lleno?

Se suele hablar de la crisis del petróleo, pero ¿por qué aún no se ha agotado?

¿Es verdad que se agotará en cincuenta años?

¿Por qué la sequía se ha convertido en inundación? Antes estábamos preocupados por la falta de agua, ¿por qué en tantos lugares se inunda? ¿A dónde se va el agua? ¿Dónde se acumula?

¿De dónde viene el viento? Puede derrumbar casas, pero no afecta a todos los frentes: ¿en ocasiones sólo aparece en algunas áreas?

En la provincial de La Pampa, Argentina, hubo 1200 impactos de trueno en una sequía: ¿de dónde vinieron los truenos y relámpagos continuos?

¿Por qué los incendios actualmente son difíciles de apagar? Tememos los terremotos y tsunamis, pero ¿acaso no tenemos miedo de nuestra propia ira?

Todas las preguntas que anteceden ya no son temas de los científicos únicamente, puesto que están relacionados con nuestra vida cotidiana e incluso afectan a las generaciones posteriores.

Las respuestas a todos estos interrogantes están en el presente libro, que revelará los misterios del universo: Vibrando en la Naturaleza - "Salud y conciencia ecológica a través del chi kong"